¿Nos tomamos unos mates?

Si hay algo que nos identifica a los argentinos es el famoso mate.
Llegamos a un lugar y cuando vemos un mate casi seguro que hay un argentino dando vueltas.
Y la pregunta obligada es "¿se consigue yerba por acá?".

Nuestro mate lo dejamos olvidado en el Lago Potrerillos de Mendoza.
Pero siempre hay amigos que nos salvan. Este es un regalo de Lucia en Salta.

Igual siempre viaja con nosotros el mate de la abuela Caridad.

Hasta ahora no necesitamos poner la yerba de ayer secándose al sol, aunque es ley cambiarla sólo cuando se termina el litro de agua que cabe en el termo y ya hay demasiados palotes dando vueltas en un líquido tibio tirando a frío.
Salimos de Buenos Aires con 5 kilos y fuimos recargando en el camino.
Conseguimos en Bolivia, Perú y el último medio kilo lo compramos en Cuenca, Ecuador a 2,20 dólares.
Pero siempre tememos quedarnos sin yerba. Justamente por eso, en el programa 18 de Radio Rutera, hicimos un llamado a la solidaridad para que nos vayan alertando en qué otras ciudades de Latinoamérica se consigue.




Cuando hacemos Radio Rutera...


NUNCA...

puede faltar el mate.
Viajar sin mate no es lo mismo. Uno va andando en la ruta y el paisaje con el mate en la mano se disfruta más. Además quita el hambre o, mejor dicho, lo engaña. Calienta cuando hace frío y siempre es bueno para hidratarse cuando hace calor.
Pero el mate tiene sobre todo una virtud y es que junta, reúne, acerca, hermana. Tener un mate para compartir es una invitación a charlar y conocerse un poco más.

Mates a la velocidad del paisaje.


A veces frenamos para que Huella descanse y también tomamos mate.


Y hasta el abuelo nos preparo un soporte para que no se caiga.
 Ya nos habíamos cruzado con fundamentalistas del mate, de esas personas que toda hora es un buen momento para tomarse unos "verdes". Nuestro amigo Pepe Locomotora de Mendoza, Argentina, se despertaba con él y se dormía dándole un sorbo. No le importaba si la yerba estaba lavada o el agua fría.

Fundamentalista del mate 1: Pepe Locomotora.
Y la sorpresa nos la llevamos cuando llegamos al hostel de Cuenca.
Allí conocimos a Xavi, su dueño, quien resultó ser un experto en el arte del mate.
A minutos de empezar la charla, el diálogo fue el siguiente:

-¿Xavi querés que a tu mate le pongamos azúcar?
-No, el mate tiene que tomarse amargo, sentenció.

OK, Xavi se toma el mate y nos dice:

-Al agua le falta un poco. Ponela otra vez al fuego porque cuando se está en la altura tiene que hervir  y luego se le echa un chorrito de agua fría.

Claro, jamás nos habríamos imaginado que en Cuenca, Ecuador, a 2.500 msnm, estábamos ante otro fanático que piensa que el mate saca la resaca, hace bien para la digestión y se consume a toda hora.

Fundamentalista del mate 2: Xavi con su hija Lu que a los 3 años ya los ceba.
Mate va, mate viene, compartimos con Xavi siete días y para que no se olvide de nosotros y siga disfrutando de unos ricos mates, decidimos regalarle un cacharrito de metal que conseguimos en el mercado, medio kilo de yerba y una bombilla que llevábamos de repuesto en la kombi.

Xavi no dejaba de repetir: "Es el mejor regalo".
Nos gusta dar de probar el mate y más nos gusta cuando gusta.
Algunos miran con cara de desconfianza. Otros toman un sorbito y listo. Varios lo revuelven. Muchos dicen gracias pero quieren seguir tomando.
En la Kombi Rutera viaja un enfermo de las estadísticas que lleva contabilizadas 304 preparaciones de mate durante los seis meses y doce días que vamos viajando.
¿Cuántos mates más compartiremos? Ojalá sean muchos e interminables.


Mates con amigos argentinos.


Mates con amigos de Bolivia.
Mates con brownies.


Mates con sandwiches de salame y queso.


Mates con pizza que sobro del día anterior.
Si sos nuevo en esto del mate y estás esperando que la Kombi Rutera pase a tomarse unos con vos, acá te dejamos algunos pasos a tener en cuenta:
  • A nosotros nos gusta amargo, pero no nos disgusta dulce. Pero tenés que saber que si sos invitado a una mateada, el mate será dulce o amargo según el gusto del cebador o de la mayoría.
  • El cebador toma el primer mate porque suele ser el más fuerte. Luego continúa cebando para el resto, respetando el orden de la ronda que, preferentemente, sigue hacia la izquierda como van las agujas del reloj.
  • Cuando te toque tomar a vos no lo revuelvas con la bombilla y tampoco te tardes en tomarlo. Chupa todo el agua hasta que escuches el sonido que señala que el mate está vacío.
  • No agradezcas si querés seguir tomando. Sólo se dice "gracias" cuando ya no querés más. Es la palabra que indica que estás satisfecho y a su vez refleja el reconocimiento de quien tomó  hacia el cebador.
¿Nos tomamos unos mates?

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6 comentarios:

  1. Hola chicos!!!
    Qué bueno que les gusta el mate a los dos!!! Yo, en cambio, tengo que tomar sola! jajaja Así que cuando nos juntemos en el camino o en algún lugar me prendo con ustedes!!
    El día que se queden sin yerba recurran al couch!! Yo conseguí en Quito a través de la red. Puse el mensaje en el grupo y listo! Al otro día me encontré con una chica que me regalé un kilo de yerba argentina!! Muy bueno!!
    A lo mejor ya lo leyeron, pero les dejo este link con un texto muy lindo sobre el mate.
    http://magiaenelcamino.com.ar/?p=6919
    Que lo disfruten, amigos!!
    Y que tomen muchos mates más y bien acompañados!
    A mi me pasó que a la mayoría que le daba para probar... no le gustaba... ja
    besos y abrazos!
    Aldana

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Mi primer encuentro con el mate fue en 1999 cuando conocí a unas chavas argentinas en un viaje a Canadá. No entendía la importancia que le daban. Este post me ha aclarado muchas cosas :)

    Y sí, lo probé y me gustó ;)

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  4. Me encantó el post pero quiero que sepas que con el mate de loza me llevaste directo a mi infancia!!

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  5. Hola Mery, gracias por escribir! que bueno que hayamos echo retroceder en el tiempo con lo del mate de Loza. Abrazo grande
    Maru y Martin
    Kombi Rutera

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