Un cuadro nos trajo hasta aquí. |
Muchacha en la ventana - Salvador Dalí -1925 |
Cadaqués. |
Y es justamente ese escenario, el de un pueblo de casitas blancas a la orilla de una bahía con acantilados y una costa salpicada por barcos, del cual Dalí también parece haberse quedado obnubilado. El pintor pasó allí parte de su infancia y adolescencia y también conoció a Gala, el gran amor de su vida. Luego, ambos se fueron a vivir a menos de 5 kilómetros, en un pequeña cala de pescadores llamada Port Lligat, donde establecieron su hogar-taller que a partir de 1997 se abrió al público.
Port Alguer - Salvador Dalí - 1923 |
Caminando por el laberinto de callejones que forman el casco antiguo de Cadaqués, admirando sus construcciones blancas, la belleza de la iglesia Santa Marta -ubicada en el punto más alto del lugar-, paseando por la rambla y la bonita playa con los barcos en su orilla, uno puede entender cómo Salvador Dalí se enamoró perdidamente de éste pueblo medieval.
Ya antes de entrar, cuando un oso polar disecado te da la bienvenida, se intuye que lo que hay detrás de la puerta no será convencional.
Cada habitación de la vivienda es un cuadro repleto de objetos kitsch que el pintor fue recopilando: sofá con forma de labios, pequeñas jaulas de grillos, carteles de una fábrica de neumáticos al lado de una piscina, animales disecados -que ellos habían tenido- y por los que el matrimonio tenía cierta obsesión (en la biblioteca están los cisnes y en el dormitorio un cordero), y otros elementos extraordinarios, nunca vistos y totalmente surrealistas reflejan la extravagancia y las fijaciones que tenía la pareja.
El Taller de Dalí es un espacio luminoso donde el pintor tenía instalado un caballete con motor que le permitía pintar cuadros de grandes dimensiones sin tener que subir a un andamio. Allí se pueden ver dos obras en las que estaba trabajando al momento de la muerte de su esposa en 1982.
En la obra de Dalí el huevo es un símbolo que se repite muchas veces. La fachada del Teatro Museo Dalí en Figueres -la ciudad que vió nacer y morir al pintor y donde hoy reposan sus restos- está adornada con varios huevos gigantes. El artista afirmaba que podía recordar el tiempo que estuvo en el útero de su madre, y lo relacionó con un huevo, duro por fuera y blando por dentro. Fue un símbolo que usó recurrentemente para referirse al nido, a su hogar.
Teatro Museo Dalí en Figueres |
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