Me da igual si la cancha es pequeña, fea,
impactante, antigua, moderna; a todas les encuentro un atractivo.
Pero conocer el Estadio Azteca en México era un
sueño desde que tengo uso de razón y mucho más desde que empecé a entender la
historia del fútbol.
En el Azteca se escribió, a base de mucho trabajo y esfuerzo, la página más gloriosa de la Selección Argentina: El equipo dirigido por Carlos Salvador Bilardo consiguió por primera vez en su historia levantar la copa del mundo de visitante, invicto y en democracia.
Hoy, con el diario de ayer, es fácil decir que
la Selección Argentina del 86 era un equipazo,
mucho más sabiendo que después del año 1990 Argentina nunca más jugó 7
partidos en un Mundial, el problema en
ese momento fue que nadie creía en el plantel y mucho menos en el cuerpo
técnico.
Diego Armando Maradona era cuestionado por la
gente y por los periodistas, existía una
campaña sistemática para hablar mal de los jugadores citados y bien de los
jugadores que quedaron afuera de la lista de convocados.
Los sucesos que se produjeron en ese estadio
hablan por sí solos:
- Única cancha donde se jugaron 2 finales del mundo (1970 y 1986).
- Esos arcos fueron testigos del gol más extraordinario que un jugador de fútbol puede hacer durante un mundial en un partido a todo o nada y contra el rival más esperado, donde se ponía en juego una victoria que trascendían las frontera del deporte y se inmiscuía en terrenos de política y el orgullo de una nación.
- En ese césped levantaron la copa del mundo nada más ni nada menos que Pelé y Maradona.
- Es el último estadio donde, tras disputarse una final, el público invadió la cancha para dar la vuelta olímpica junto a los jugadores.
- Fue el lugar exacto donde se forjó -con esfuerzo y atravesando todo tipo de obstáculos- la historia más grande de la Selección Argentina.
Esta mañana, cuando salí para el estadio, le
dije a Maru: “La próxima vez que nos veamos, voy a ser otra persona”.
Puede resultar un exageración para quien no
sea un enfermo del fútbol (y de Maradona), pero para los que comparten una
pasión semejante entenderán que conocer el estadio Azteca en la Ciudad de México es como ir a Francia cuando se juega el Torneo de Roland Garros para un amante del tenis, o testear un Fórmula 1 para quien le
apasiona los autos.
Son momentos únicos, importantes, cargados de emotividad y sentimientos.
Son momentos únicos, importantes, cargados de emotividad y sentimientos.
Con ustedes, el Estadio Azteca. |
Cuando recorrí el túnel y subí las escaleras
que conducen hacia el césped se me vinieron mil y un imágenes a la cabeza y
pensaba en lo afortunado que es el Azteca de ser tan importante en la historia
del fútbol mundial.
Hoy ya no soy el mismo que ayer, besé al
gigante de cemento y acaricié el cielo con las manos.
La Kombi Rutera estuvo en el Azteca. |
:3
ResponderEliminarQue Argentino por mas que no le guste o no el futbol o tenga sentimientos encontrados con respecto a Maradona no se lleno de orgullo en esa final en ese estadio y no lloro de emoción al ver la repetición al ver el gol de Diego contra los ingleses::: felicitaciones por haber podido pisar ese escenario que quedara para la historia del futbol argentino.
ResponderEliminarQué lindo estadio! nunca había visto fotos con detenimiento! Hermoso y emotivo momento Martin, que bueno que hayas podido lograr lo que tanto ansiabas! se me puso la piel de gallina por un instante! Fue el primer mundial que vi teniendo noción de conciencia (tenía 4 años) pero recuerdo la araña de la mitad de la cancha y que cuando no me callaba la boca mi padre me asustaba poniéndome la mano en el centro de la pantalla cuando enfocaban la araña y yo me asustaba! Abrazo grande para los dos, hasta pronto!
ResponderEliminarpiel de gallina hermano!
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=9AQrLxWnXWs