Sucre: Ciudad Blanca y de encanto

Estuvimos a punto de obviar Sucre en nuestra recorrida por Bolivia pero, como suele suceder en los viajes, existen los imprevistos que a último momento te hacen cambiar el rumbo.
Un mensaje en nuestra página de facebook decía "No dejen de ir a Sucre". Ok, cambio de plan, en lugar de Oruro (que dicen vale la pena conocerla más que nada en carnaval) hicimos 150 kilómetros (50 por ciento asfalto, 25 por ciento tierra y otros 25 por ciento adoquín) para llegar a la llamada "Ciudad Blanca". 

Municipalidad.
Palacio Legislativo.
Sus calles empinadas y estrechas obligan a los conductores a tocar bocina en cada esquina y, como en todo Bolivia, el tránsito es un caos. Así que lo mejor es caminar por sus callejuelas adoquinadas, impregnadas de aire colonial.





Sucre es la capital boliviana (La Paz es la sede de gobierno) y está situada en un valle rodeado de montañas que hace que su clima sea menos frío que el que se suele sentir en las noches de Potosí o en las zonas del altiplano como La Paz.
Hay muchas capillas, iglesias y catedrales que muestran la huella que dejó por esta ciudad el legado español.



Tiene un mercado hermosísimo, riquísimo y muy económico. Los locales suelen comer en estos comedores y es lo más recomendable, no sólo por sus buenos precios sino porque son alimentos frescos.
Un medio lomo con ensalada, huevo frito, arroz y papas fritas sale entre 10 y 14 bolivianos, por ejemplo (1 peso argentino son 1,30 bolivianos).



En los mercados, además de encontrar todo lo que busques (con esto te digo desde lo comestible hasta productos de limpieza pasando por ropa y artículos de librería) existe un Sector Jugos que es la felicidad plena. Un exquisito licuado hecho en el momento sale entre 3 y 4 bolivianos (para pasarse el día a jugos ¿o no?).
Ah, nosotros hasta conseguimos la yerba a mejor precio que lo que hoy en día se consigue en Argentina: 13 bolivianos la de medio kilo! 





Papaya y Tumbo.

También hay muchos lugares verdes, cuidados y floridos.
Pasear por el Parque Simón Bolívar un domingo por la tarde nos hizo pensar que la plaza es el lugar alegre por excelencia. Allí encontramos a unos niños muy entretenidos pintando con acuarelas dibujos sobre unos atriles.
Por 2 bolivianos te dan las pinturitas y el dibujo para colorear. ¡Divino!
 Algunas familias se entretenían jugando al metegol.

Adherimos a la idea de que en las plazas existan los pooles y metegoles!  
Algunos chicos paseaban a caballo. Y otros, un poco más grandes, viajaban en avión.


Más de uno disfrutaba leyendo, descansado o riendo a carcajadas.






A paso lento y sabiendo que vale la pena hacer el esfuerzo pueden subir hasta La Recoleta, desde donde se alcanza una vista panorámica y hay bello bar-mirador donde se pueden recargar las pilas para emprender la bajada (no se asusten, serán 20-25 minutos disfrutando de la caminata desde la plaza central que es la 25 de Mayo).




Sucre es la ciudad de las murallas blancas y los techos con ladrillos rojos, y no será París, pero aún así no se priva de tener su Torre Eiffel y su gran encanto.






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6 comentarios:

  1. Qué linda ciudad! Como que no vi gente apurada.. A sus ritmos que igual llegan. Muy explicativos los textos. Transmiten. Abrazo! El Oma de Haedo.

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  2. Que bueno que te haya gustado! Gracias Oma. Besos!

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  3. Estan mas locos que una cabra.....ja ja. Los quiero cuidense..Diego Louzan

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    1. ¿Locos nosotros? Yo que vos lo pienso dos veces Diegui. Gracias por escribir! Besotes.

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  4. Viajo con ustedes a través de la lectura. Gracias por el paseo. Exequiel Sanitz

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