Nuestro paso por el Cuyo argentino

Después de 1 mes recorriendo Córdoba, decidimos empezar a andar sin tanto desvío. No es que tengamos apuro, pero a este paso México lo divisamos para el 2020 y además, y sobre todo, porque la nafta lamentablemente sale plata, y viene siendo nuestro principal gasto y al fin y al cabo también nos consolamos sabiendo que Argentina nos queda cerca.
Así que nuestro segundo mes empezó en Merlo, San Luis donde nos encontramos con nuestro amigo Yon Lok, que fue un guía de lujo, además de tener el título de asesor honorario del itinerario que recorre la Kombi Rutera. 

Con nuestro amigo Yon Lok.

También conocimos a Vanina y Daniel que nos invitaron a pasar una noche en el Hotel San Luis y nos regalaron una riquísimas mermeladas y un maní casero que nos duró toda la región de Cuyo! Luego seguimos a San Francisco del Monte de Oro, donde fuimos a la primer escuelita en la que a los 15 años Sarmiento dio clases, también disfrutamos de una rica merienda en Potrero de los Funes, y finalmente nos hicimos una escapada a San Luis Capital para conocer a Sergio Toba Gauna y hacer junto a él el Programa número 6 de Radio Rutera.


Escuela dónde Sarmiento dio por primera vez clase.
Merienda en Potrero de los Funes.
Seguimos a Mendoza. En Godoy Cruz nos recibieron Eli y Pepe, dos amigos kombiruteros amantes de las pan lactal. 
No sólo compartimos junto a ellos largas mateadas a cualquier hora del día y una visita dominguera a Cacheuta y a los alrededores de Mendoza Capital, sino que Pepe mimó a Huella con algunos ajustes y arreglos.


Y encima de hospedarnos en su casa, nos amasaron tallarines caseros!
Tarde de domingo con Pepe en Cacheuta.
San Rafael nos tentaba mucho pero, por esto que les contamos al principio del costo de la nafta, decidimos dejarlo para un próximo viaje.
Pasamos un día por Potrerillos (de la forma más tonta olvidamos en el lago nuestro mate) donde dormimos al costado del camino pasando la primer noche de mucho frío, pero valió la pena asomar las narices fuera de Huella para ver una media luna como esta:  


En cualquier fase la luna nos enamora.

Chau mate.

Continuamos a Uspallata pasando por caminos hermosos. Estuvimos 2 días hospedados en el recomendable Hostel Uspallata y desde allí fuimos a conocer el Cerro de los 7 Colores, el Puente del Inca y Huella nos llevó a 2.886 metros de altura para acercarnos al Cerro Aconcagua.


Cerro 7 Colores y Martín pequeñito a un costado.
Puente del Inca.


Cerro Aconcagua.
Por la Ruta 7 de Potrerillos a Uspallata
También pudimos dejar donaciones de ropa y juguetes al comedor Los hijos de nuestro valle, donde la señora Chicha y su familia le dan el almuerzo y la merienda a 27 chicos de entre 4 y 16 años.



Y llegó San Juan y se acabó la nafta que venimos cargando en Mendoza a $4,82 para empezar a pagarla $7,50!



En el camino Huella se nos apunó, así que aprendimos a darle su tiempo para que se oxigene y vuelva a arrancar.
Bailamos bajo las estrellas en la Pampa del Leoncito y luego de amanecer en ese lugar mágico seguimos para Barreal, un lindo pueblito con calles de tierra, mucho mucho mucho polvo ya que, según dicen, la lluvia escasea y viven 360 días de puro sol. Durante los dos días aprovechamos a hacer nada con la patas en el río Los Patos, uno de los pocos ríos y arroyos que tienen agua por esta zona. 


¿Hay algo más placentero que no hacer nada?
En Barreal recibimos el otoño y conocimos a Lidia y Miguel quienes nos dejaron dormir con Huella dentro de su hostería y jugar con sus 5 cachorros.


Íbamos camino a Rodeo cuando tomamos una ruta equivocada y terminamos atravesando la Cordillera de los Andes! Fueron 80 kilómetros de sufrir a la par de Huella y poner todas nuestras energías y concentración para que no se nos quedara ni se nos rompiera. 


Y así el camino parece lindo...
Y como la Kombi Rutera se la banca, después de 6 horas y media y hacer un trayecto de 150 kilómetros llegamos a Rodeo, donde nos esperaban Cecilia y Esteban de la bellísima Posta Huayra.
El viento es el mayor atractivo de este lugar, alcanza a soplar a 120 kilómetros por hora y es el motivo que reúne a personas de todo el mundo que llegan para practicar windsurf en el Dique Cuesta del Viento.


Dique Cuesta del Viento.
Y como la jornada por la Cordillera nos dejó bastante agotados, inspiramos profundo, nos cargamos de buena energía, ponemos primera y continuamos camino a Villa Unión, en La Rioja atravesando postales como estas: 





Y la oscuridad de la noche nos agarró antes de llegar a Chakana, la posada rural de Natalia y Martín, donde nos esperaban, así que perdimos la huella que permitía que crucemos tranquilos por el Río Bermejo, nos volvimos a equivocar de rumbo y terminamos con las ruedas de Huella  enterradas en el barro y bajo el agua.

Gomas y caño de escape bajo las aguas del Río Bermejo.
Intentamos sacarla varias veces pero no había caso. Y, como siempre existe un por suerte, gracias a Manuel y Juan Pablo Aguirre que se acercaron a ver qué nos pasaba, llamaron a un tractor y después de un buen rato lograron sacarnos del río.
Lo más gracioso fue cuando Juan Pablo nos dijo  "A ustedes los vi en la tele. ¿No son los que quieren llegar a México?".


Y gracias a los amigos del tractor salimos del agua.
Estuvimos dos días en Chakana, sintiéndonos como en casa, y aprovechando la vista  al bello cerro Famatina.


El Famatina (que no se toca).
36 grados a la sombra fue la temperatura del 4 de abril, día cumpleañero en el que queríamos hacer picnic remojandonos los pies en algún lado, pero recorrimos 120 kilómetros y cada vez que nos topábamos con un cartel que anunciaba río tal o río cual la tierra estaba tan seca que ni siquiera quedaban rastros de que algún día pasara agua por ahí. Así fue que decidimos volver a la posada para descansar del calor en una hamaca paraguaya bajo la sombra y soplar las velitas.


Cumpleaños rutero y muy feliz.
De Villa Unión decidimos regresar a San Juan por la ruta que pasa por Talampaya para llegar al Valle de la Luna, donde nos encontramos con un Valle de la Luna con luna llena.
Luego de dormir en la zona de acampe del Valle de la Luna volvimos a La Rioja y pasamos dos noches en Chilecito durmiendo en el estacionamiento del ACA, comiendo unas ricas empanadas (la docena 25 pesos), pisando uvas en una demostración de cómo se hace el vino y lo más importante: nos encontramos con nuestros amigos Juancito y Cris que se vinieron de Buenos Aires para acompañar por unos días a la Kombi Rutera.


Juancito y Cris se vinieron de Bs. As. a visitarnos.
Después de degustar unos ricos vinos nos fuimos con una damajuana de una bodega y conocimos una de las estaciones del antiguo cable carril La Mexicana que era el transporte desde las diferentes mineras.
Y de allí seguimos camino a Famatina donde hicimos el Programa número 7 de Radio Rutera. Esa noche dormimos en la plaza principal junto a un huésped muy especial: 


Cartucho (para nosotros Ramón).
A la mañana siguiente, decididos a no dejarlo solo en la plaza y a buscarle un hogar, nos enteramos que "Ramón" en realidad se llama "Cartucho" y su casa es en el corte de Famatina, así que lo llevamos hasta allá y compartimos un par de días junto con la gente que acampa día tras noche cuidando al Cerro de las mineras. Estando ahí nos convencimos que EL FAMATINA NO SE VA A TOCAR!
Escoltados por nuestros amigos Cris y Juancito seguimos para Catamarca, y acá los dejamos porque ahora sí nos fuimos pa´ el norte con una damajuana bajo el brazo a disfrutar de ricas empanadas y a brindar por nuestros 2 meses ruteros. Así que el resto se los contamos en el próximo post. Chin chin!
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