A mediados de septiembre del año pasado viajamos a Argentina.
Era la primera vez, después de 6 años, que decidíamos regresar a nuestro país por un tiempo más largo del que solemos ir de visita.
La emoción por abrazarnos con la familia y los amigos, el volver a probar esos sabores que a la distancia son agua en la boca, reencontrarse con lugares donde caminamos gran parte de nuestras vidas, hacen de la vuelta algo mágico.