Una canción me trajo hasta aquí

"¿El mejor método para viajar?", se preguntó alguna vez B.B. King.
"La música", fue su respuesta. 





No hace falta subirse a ningún auto, tren, bicicleta ni avión o kombi. Esta vez abramos las ventanas y escuchemos al viento, sentémonos al sol y oigamos los pájaros. Respiremos sintiendo el sonido de cada inhalación y exhalación, el pecho que se expande, el corazón que se ensancha. Cerremos los ojos, pongamos play y vayámonos de viaje. Soñemos.